El libro de los sentimientos de Véronique Fleurquin.
Título: El libro de los sentimientos.
Autora: Véronique Fleurquin.
Editorial: Loguez Ediciones.
Género: Psicología.
ISBN: 9788489804005.
Año: 1997.
Páginas: 267.
Precio: 13,82€
SINOPSIS.
339 estados de ánimo contados con humor y ternura, enmarcados en hermosas citas y páginas de reflexión. Un prolongado paseo por altibajos del corazón y del pensamiento. Un libro de los sentimientos de ayer, de hoy y de siempre. Para jóvenes lectores de todas las edades.
OPINIÓN.
Realmente, nunca había tenido la menor idea de la existencia de este libro, hasta que no estuvo en mis manos, así es, por muy raro que suene. Así que siendo sincera esto no es exactamente una opinión, pero no sabía que título ponerle (sólo os voy a contar la historia de por qué este libro merece la pena).
Siempre he sido una rata de biblioteca, aunque eso no es nada nuevo, me gusta leer, me gusta disfrutar de mi soledad mientras lo hago y no hay mejor sitio para hacerlo que una biblioteca, así que desde pequeña he pasado horas y horas dentro de una. Pues el año pasado cuando terminé un libro y me levanté para coger otro, pero estaba tan cansada de leer siempre lo mismo que entré en el pasillo de filosofía y allí estaba, supongo que mal colocado, pero estaba.
Y me encantó, porque explica todos esos sentimientos y emociones que a veces sentimos sin saber definirlos adecuadamente.
Puede ser absolutamente delicioso u horriblemente doloroso. Visto desde el peor ángulo, el abandono va acompañado de una amarga soledad. Traicionado, desamparado, separado de un ser querido. La única compañía que le queda es la tristeza, el temor y la incertidumbre. Si se ha abandonado a alguien o algo, el disgusto se mezcla con los remordimientos. Tampoco es muy alegre.
SPOILER.
Abandono.
Puede ser absolutamente delicioso u horriblemente doloroso. Visto desde el peor ángulo, el abandono va acompañado de una amarga soledad. Traicionado, desamparado, separado de un ser querido. La única compañía que le queda es la tristeza, el temor y la incertidumbre. Si se ha abandonado a alguien o algo, el disgusto se mezcla con los remordimientos. Tampoco es muy alegre.
Por suerte, el abandono tiene sus buenos momentos. Instantes de calma, de tranquilidad. Uno se abandona al sueño, a la pereza, a la caricia del sol. Es también la hora exquisita de las confidencias. Es momento de decir, confiado, lo que se tiene en el corazón. Por ejemplo: -Te amo-.









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