lunes, 12 de octubre de 2015

Cuentos no tan infantiles.

¿Blancanieves y los siete enanitos?

Como supongo (y no me gustan nada las suposiciones), todo el mundo habrá oído hablar alguna vez del famoso cuento infantil Blancanieves y los siete enanitos, donde aparecen una bellísima doncella, una madrastra frustrada por su belleza, siete enanos, una manzana envenenada y un encantador príncipe. Pero durante muchos siglos, la historia de Blancanieves se ha ido modificando de la mano de varios autores. 

Blancanieves y los siete enanitos.

(Los orígenes)
Durante mucho tiempo, se ha pensado que los orígenes de este conocido cuento pueden remitirse a una obra escrita por Giambattista Basile (Siglo XVI), donde se cuenta el relato de Lisa. En este relato, Lisa es una chica de siete años que tras tener un pequeño percance con un peineta mágica queda inconsciente. Sus familia la da por muerta y por ello la entierran en un ataúd de cristal, desde el que se podía ver su figura, lo extraño es que siguió creciendo, a pesar de estar supuestamente muerta, hasta convertirse en una bella mujer. Aún sin despertar, una familiar de Lisa comenzó a sentir celos de su belleza, así que en un acto de locura, saca a Lisa de su ataúd con la intención de enterrarla en el bosque. Lo que no se imaginaba es que al arrastrarla por todo el camino la peineta de Lisa caería al suelo, liberándola de la maldición y por lo tanto despertándola. 

(El cuento de los hermanos Grimm)

Para quien no lo sepa, los hermanos Grimm son dos escritores alemanes, Jacob Grimm y Wilhelm Grimm, que fueron muy conocidos mayormente por sus libros infantiles.

Este relato empieza contándonos la historia de una reina que deseaba con ansia tener una hija con la piel tan blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el pelo negro como la noche. Poco después la reina quedó embarazada, sin saber que su deseo se haría realidad ya que murió al dar a luz. Su hija se llamó Blancanieves. El padre de Blancanieves se casó por segunda vez con una mujer que era muy bella pero muy malvada, que tenía un espejo mágico.
La madrastra de Blancanieves solía preguntarle a su espejo cada día que quién era entre todas las damas del reino la más hermosa y el espejo le contestaba que era ella misma.
Hasta que Blancanieves cumplió diecisiete años, era tan bonita como el día y la malvada madrastra le preguntó de nuevo a su espejo mágico, pero esta vez éste le respondió que a pesar de que ella era muy hermosa, su hijastra Blancanieves, era muchísimo más bella que ella. 
La malvada madrastra, celosa, ordenó el asesinato de Blancanieves a un cazador y para asegurarse de que era asesinada, le exigió que le trajera el corazón de la niña. El cazador, que no fue capaz de matar a esta bella niña, le llevó a la madrastra un corazón de un jabalí joven (que fue cocinado por el cocinero real y comido por ella).
En el bosque, Blancanieves descubrió una pequeña casita en un claro en medio del bosque, esta casa pertenecía a los siete enanitos y ella decidió entrar para descansar. Allí, éstos se apiadan de ella ofreciéndoles que si mantiene la casa limpia, cocina, hace las camas y cose para ellos Blancanieves podría quedarse todo el tiempo que quisiera. Esta acepto y ellos le advirtieron de que no dejara entrar a nadie mientras ellos estaban fuera.
Mientras tanto, la madrastra, volvió a preguntarle a su espejo y este le respondió una vez más que era Blancanieves. La madrastra horrorizada, empieza a tramar planes para destruir ella misma a la joven chica, usando tres disfraces.
En su primer intento, la madrastra disfrazada de vendedora, le ofrece un collar, al ponérselo aprieta tanto el cuello de la chica que cae al suelo desmayada, haciéndole creer que está muerta. Los enanitos vuelven a casa y le quitan el collar, salvandola.
En el segundo disfraz, se disfraza de vendedora de peines y le ofrece un peine envenenado a Blancanieves, que vuelve a caer desmayada cuando se lo coloca. Los enanitos le vuelven a salvar quitándole el peine. 
Por último, la malvada madrastra prepara una manzana envenenada que le ofrece a Blancanieves disfrazada de anciana, la joven se come la manzana entusiasmada e inmediatamente cae en un profundo sopor. Esta vez, cuando los enanos vuelven no la pueden revivir y fabrican un ataúd de cristal para que conserve su belleza y poder verla todo el tiempo.
El tiempo pasa y un príncipe que viajaba por esas tierras queda encantado con la belleza de Blancanieves al verla y se enamora de ella. Este les ruega a los siete enanitos que le den el cuerpo de la bella joven y traslada el ataúd a su castillo, por el camino tropieza con algunos arbustos, haciendo que Blancanieves escupa el trozo de manzana envenenada y despierte del sueño de muerte. El príncipe declara su amor a la joven y pronto empiezan a planear su boda.
La vanidosa madrastra, creyéndola muerta de nuevo, le pregunta a su espejo y este vuelve a decepcionarla contestándole que aunque ella es bella, la joven reina es más bella que ella.
Sin saber a quién se refería, la malvada madrastra es invitada a la boda del príncipe del país vecino, cuando esta se da cuenta de que la nueva reina es su propia hijastra intenta desesperadamente pasar desapercibida.
Sin embargo, el príncipe y Blancanieves la reconocen, es entonces cuando Blancanieves le cuenta al príncipe, su esposo, todos los planes malvados, todos los momentos malos que le había hecho pasar su madrastra, ya que había querido matarla tres veces. Como castigo por sus malos actos, el príncipe, ahora rey, manda confeccionar un par de zapatos de hierro y obliga a la madrastra a ponérselos al rojo vivo y a bailar desnuda sin parar hasta que caiga muerta.
(La princesa de Lohr)
El historiador Eckhard Sande, tras 13 años de estudio, ha llegado a la conclusión, de que muchos de los personajes de esta historia existieron. Según el, la bella Blancanieves es en realidad Maria Shopia Margaretha Catharina von Erthal, hija de los príncipes de Lorh. El castilo de los Erthal es a día de hoy un museo, cuya atracción principal es el espejo parlante, que se trata de un juguete acústico. En el marco de este espejo se puede leer Amour Prope, que significa amor propio, el espejo fue un regalo del príncipe a su segunda mujer Claudia Elisabetta.
Aunque la relación entre la madrastra y la joven no era tan mala como asegura el cuento, la condesa siempre benificiaba a los hijos de su primer matrimonio y menospreciaba a Maria Shopia, que tras una varicela había quedado ciega.
El cronista de la familia Erthal, describía  a María Sophia como "un ángel caritativo y bondadoso". Por eso, los habitantes de Lohr le tenían tanto cariño y se pasaba el día rodeada de niños envejecidos prematuramente por el trabajo en las minas de la familia. Estos niños representarían a los enanitos del cuento conocido. En una fiesta María Sophia conoció al príncipe Felipe II de España, pero el padre no autorizó su matrimonio ya que no le convenía políticamente. Se cuenta que para deshacerse de Maria Sophia, ordenó envenenar los frutos de los árboles por donde la joven solía pasear, otros escritores dicen que fue envenenada por la policía del rey y no por su madrastra como cuenta el cuento. 

Después de esto, tal vez deberíamos empezar a plantearnos que creer y qué no.


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