viernes, 3 de julio de 2015

Cualquier otra cosa.

Iba a escribir sobre cualquier otra cosa, pero escuchando una canción que hace que mi corazón lata en doble tempo se me ha venido a la mente como las estaciones juegan con nosotros. Se me ha venido a la mente el invierno en el que se convierten mis brazos cuando te despides de mí, cuando no me regalas más que un adiós y mis labios se quedan esperando para ser rozados por el verano de tu piel. 
Iba a escribir sobre cualquier otra cosa, pero ha pasado por mi corazón el recuerdo de la envidia que sentían las flores en primavera, porque no eran capaz de florecer con la alegría con la que yo lo hacía cuando tú me sostenías, como envidiaban la luz con la que tú alumbrabas mi vida porque su sol no les daba la misma calidez. 
Y el otoño... mi corazón se rompió cuando mi mente se vio inundada por cada segundo que vivimos en otoño, como me permitiste quitarte la ropa frente a la ventana para que los árboles que observaban fuera nos imitaran, o como la luna nos miraba sin pudores cuando le robabas las estrellas para regalármelas a mí.
Que aún recuerdo como te despediste de mi en la última estación de tren que visitamos, que aún tengo la sensación que tu abrazo me dejó. 
Que más que reconstruirme, me destruiste por completo, llevándote contigo todas mis estaciones.
Pero qué más dará todo esto.
Si yo iba a escribir sobre cualquier otra cosa.


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