domingo, 26 de junio de 2016

LIMITACIONES.

Vivimos limitados por nosotros mismos, siempre eligiendo el camino fácil, la ley del mínimo esfuerzo. Sin parar de ponernos una meta tras otras, parémonos a pensar, ¿Cuántas de las metas que te has propuesto has llegado a cumplir? Yo tengo la respuesta, ninguna. Porque cuando llega la hora de emprender el camino, todos vais por el camino que os pintan más bonito, sin importar si ese camino lleva a la meta que tienes propuesta alcanzar o no, y rechazáis rotundamente la idea de saltar algunos baches, de encontraros en problemas que aparentemente no tienen solución. Pero tal vez si la tengan, tal vez sea necesario caer en lo más profundo para encontrar esas soluciones que te impulsen hacia tu meta. Pero os da miedo. Tenéis miedo a caer en lo más hondo y no encontrar ese impulso, porque sabéis que probablemente, antes de encontrarlas os rendiríais. Como hacéis con todo. Así que recurrís a la peor de las condenas del hombre, el conformismo. Y os conformáis con lo que creéis que merecéis, os paráis en alguna otra calle que no es la vuestra y lo justificáis con un "Es suficiente", "No está mal" o incluso un "No es lo que quería, pero es lo más parecido que podré conseguir". ¿Pero cómo que es suficiente? Nada es suficiente si no has llegado hasta el final dándolo todo de ti. Pero os da miedo perder. Queréis la gloria sin probar el suelo antes, y es imposible. 
Tenéis que intentarlo e intentarlo hasta conseguirlo, y si os cansáis, tenéis que volver a intentarlo, porque cuando consigáis cada una de esas metas que os habéis propuesto durante vuestra vida encontrareis al fin, la mejor de las satisfacciones. Que todos esos límites que os poníais, no eran más que barreras en vuestras cabeza, que no han podido con vosotros, ni con vuestros propósitos.